Estamos en época de ajustes y recortes. Las medidas con las que los políticos de los distintos gobiernos y administraciones nos levantan cada día pareciera que han provocado inmunidad a nuestra capacidad de sorpresa. Sin embargo, siempre hay alguien que se supera y consigue detener más nuestra atención.
Es el caso del parlamento catalán cuyos dirigentes anunciaron días pasados que sus 135 parlamentarios autonómicos cobrarán una paga menos en 2012, dejando de ingresar cada diputado 5.500 euros cada uno. El objetivo, según ellos, es ofrecer una imagen de austeridad y ahorro y trasmitir a los ciudadanos que ellos también se sacrifican y no solo pagan los platos de la crisis los ciudadanos de a pié: pequeño detalle.
Pero esto solo es el inicio porque los políticos cuando se tornan dadivosos se convierten en una mancha de aceite extendiéndose por el océano de su solidaridad y hete aquí que desde el ayuntamiento de Barcelona los concejales y altos cargos no desean quedarse atrás y han dicho “yo también quiero” prescindiendo de su paga navideña, pero esta vez pequeño gran detalle” destinarán la colecta de este “gran ahorro” para fines sociales.
Que gran trabajo y esfuerzo la de estos benefactores que primero realizan recortes sociales y luego se aprietan el cinturón regalando su paga extraordinaria para que sus ciudadanos puedan comer el turrón. Casi nada….
Lo que esperamos de todos nuestros representantes políticos es que se superen y lleven a cabo el gran detalle de dar no solo sus pagas extraordinarias sino también sus dietas, gastos de desplazamientos, participaciones y sueldos en consejos de administración, etc, etc , a todos los empleados que han de resistir la rebaja de sus sueldos ó la eliminación de sus puestos de trabajo.
Señores “benefactores”, no puedo por menos que recordarles que los derechos sociales que ustedes recortan nos han costado mucho sacarlos adelante y ya hace años que desapareció la beneficencia. No necesitamos “sus limosnas” y mucho menos de aquellos que se dedican no solo a hacer recortes sociales sino también recortes a la dignidad de las personas a la que dicen servir.