La crisis está de moda. A su pesar ha unificado a toda la sociedad y todos hablan de ella. Se comentan sus modelos y tendencias: crisis inmobiliaria, bancaria, de empleo, crisis de valores y crisis social, y lo que esta temporada se lleva son los mercados bursátiles, los IBEX, los IPC, las deudas públicas, los rescates… pero el modelo que realmente marca tendencia es el modelo alemán desfilando con “la prima de riesgo subida a su plataforma de intereses “. Todos los demás modelos desfilan tras él , unos con tacón desgastado de punta fina, otros con mocasines y los más con sandalias y bailarinas, mostrando los colores de la próxima temporada otoño-invierno con predominio de grises, marrones y negros.
Al uso de los grandes desfiles de moda sale a la pasarela el diseñador estrella alemán seguido de su colaborador y ayudante francés para recibir los aplausos de los espectadores vips de la primera fila: inversores, banqueros y especuladores de élite.
La crónica del evento la realizan diariamente:
1) Los dirigentes y políticos de turno que sacan de sus agendas el discurso de la crisis y la prima de riesgo envuelta en gráficos de resultados fluctuantes. Nos hablan de las aceleraciones y desaceleraciones como si estuvieran retransmitiendo un rally y ponen el mismo entusiasmo que si llegaran primeros a la meta.
2) Los trabajadores, atentos a los movimientos de “la prima”, sorteando sus obstáculos, desvíos y socavones.
Y finalmente, los parados, sin otros familiares que la prima que ha venido a convivir con ellos y que para colmo está en riesgo a causa de la hormona de crecimiento alterada subiendo tan pronto a 420 puntos como bajando a 290.
Lo cierto es que estando la crisis de moda, nadie quiere seguir sus tendencias y mucho menos emparentar con su prima de riesgo hasta que no traiga otros parientes más saludables.
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