Allá por los años ochenta, después de haber pasado un embarazo duro a causa del uso indebido de las malas praxis sociales de la dictadura, “papá y mamá Estado”, presentan en sociedad a su criatura a la que llamaron “estado de bienestar”
Salvados estos obstáculos, “papá y mamá Estado” nos lo muestran feliz, vestido con un modelo constitucional que diseñaron los nuevos “modistos-políticos” de la época. Con buen color, peso y estatura, los doctores que lo asistieron nos garantizan buenos pronósticos para su desarrollo.
Rodeado de sus amigos de la educación, justicia, sanidad, prestaciones y derechos sociales, el estado del bienestar, va creciendo. Pasa por los resfriados y acnés propios de la edad, que papá y mamá Estado,“ricos y pudientes”en aquel momento, lo curan con iniciativas y acciones y sociales preventivas, participativas e integradoras.
Un día, papá y mamá estado" se unen a otros papás-estados que habían formado una “entidad” a la que llamaron “Comunidad Europea”. Se fueron con su criatura, ya adulta, bien formada y con un amplio curriculum de leyes y prestaciones sociales bajo el brazo. Juntaron sus bienes, ayudaron a otros papás-estados primerizos y renombraron a la Comunidad con el nombre de Unión Europea, presidida por una moneda única a la que llamaron euro. Con el euro se les ve felices, hasta que empiezan a tener malestares serios. Ya no son achaques propios de la edad. "Esto es provocado por la crisis financiera”, dicen al unísono todos los Estados, por virus altamente contagiosos, que llaman “hipotecas basuras”, “burbujas inmobiliarias”, “mercados especulativos”…. de las que salieron mal parados aquellos hijos que habían crecido robustos y sanos abandonados en el desempleo, reducciones salariales, disminución de inversiones y prestaciones sociales, por sus papás-Estado inconscientes, que se dejaron embaucar por especuladores financieros.
Esa criatura del bienestar social, ve como la “casa pública” en la que había pasado su infancia ahora es la del “vecino-rico” que se la presta y los acoge previo pago de alquiler.
El estado del bienestar tiene ahora hemorragias internas que se han de detener. No se trata de abandonarlo, porque el problema no es él . Al contrario, él es la solución. Y la solución no es recortar derechos sociales como proponen algunos, para crear mayores bolsas de pobreza, de desempleo y dependencias. Se trata de resolver y no disolver, reaccionar y accionar de nuevo. La hemorragia necesita primero sutura y posteriormente nuevas bolsas de sangre llenas de inicativas y capital social distribuidas con la equidad, ética y justicia de las que se ha carecido. De lo contrario, “disculpe el señor… continuaran llegando pobres y más pobres a su recibidor….”
El estado del bienestar tiene ahora hemorragias internas que se han de detener. No se trata de abandonarlo, porque el problema no es él . Al contrario, él es la solución. Y la solución no es recortar derechos sociales como proponen algunos, para crear mayores bolsas de pobreza, de desempleo y dependencias. Se trata de resolver y no disolver, reaccionar y accionar de nuevo. La hemorragia necesita primero sutura y posteriormente nuevas bolsas de sangre llenas de inicativas y capital social distribuidas con la equidad, ética y justicia de las que se ha carecido. De lo contrario, “disculpe el señor… continuaran llegando pobres y más pobres a su recibidor….”
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