Anuncié en mi anterior post que la búsqueda de buenas
noticias iba a continuar. Aunque no es
habitual en quien firma este blog hacer referencias profesionales , hoy me
permito esta licencia para participaros mi encuentro de buenas noticias.
La profesión de trabajo
social es tan especial que en cada
encuentro con los desajustes, las carencias ó las dependencias siempre hay algo
ó alguien dejando mensajes, enseñanzas ó
acciones en los “ haberes y potencialidades ” de la historia
social. Este es el caso de la cuidadora “Moly” con la que me encontré días
pasados en un domicilio al lado del que os nombraré como José, persona en situación de dependencia con limitaciones físicas que a
consecuencia de su parkinson
degenerativo necesita ser ayudado en la mayor parte de las actividades de vida diaria.
Tras mi llamada a la
puerta de la vivienda, es Moly quien sale
a recibirme y avisa de mi llegada. No se deja engañar cerciorándose
bien de quien soy y mirándome fijamente con sus ojos vivarachos. Hace que la siga
hacia la estancia donde se encuentra José, al que todos los días despierta
besuqueándole y observando sus movimientos y trasferencias cuando se levanta.
Lo custodia en su lento caminar hacia el baño
pendiente de las barreras que pueda
encontrar a su paso. De cada obstáculo encontrado ó movimiento no realizado es ella la fiel centinela avisando ó pidienendo ayuda cuando la entrecortada y dificultosa voz de José se lo impide.
Reconoce sus comidas y le acompaña en sus ingestas participando en el ritual de
llevarsela a la boca. Cunando
sabe de su intención de descansar, siempre se adelanta a José para reservarle su rincón preferido en el
sofá del salón . Un día que no llegaba, se impacientó y salió en su busca. Vió como su dueño estaba tendido en
el pasillo de la vivienda sin poder levantarse. Fueron sus ladridos los que
alertaron a la esposa de José y mientras esperaba a la ambulancia
permaneció a su lado dándole aliento y protección. Se enojó cuando
no la dejaron acompañarle en el traslado al hospital y cada día lo buscaba en
el rincón del sofá. Al regresar de nuevo
su dueño a casa decidió convertirse en “su cuidadora principal” y de cada
movimiento , cada mirada y cada gesto se erigió en portavoz a través de sus ladridos.
En el transcurso de mi
visita, escaneaba mis palabras, rebobinaba mis preguntas y las trasfería a su
dueño con toques de cabeza de lado a lado,
esperando y sopensando bien las respuestas y sus acciones posteriores. Si José responde
nervioso, ella lo tranquilliza acercándole su cara y acariciándole con sus
patas. Si me sonrie, ella lo hace igualmente moviendo sus orejas y su rabo y si es el silencio con el que se manifiesta , son sus ladridos los que me informan de las “lagunas”
del discurso de su amo.
No tengo duda cuando he
de valorar la idoneidad de los
cuidadores de José. Moly, perra fox terrier de tres años, es quien sustituye los tiempos de respiro de la esposa complementando
los cuidados que ésta realiza a su marido. Moly es trabajadora no asalariada, a
jornada completa, que no pide nómina ni descansos y tampoco quiere
separse de su dueño: sólo demanda un rincón a su lado en el sofá y que sus manos la
acaricien cuando la tiene en su regazo.
Moly
no sabe de la ley de dependencia ni de recortes sociales, solo entiende de fidelidad. Depende de que su
dueño dependiente se levante cada día para ser ella feliz y José vive su
dependencia con sentimientos de “independencia” cuando sus ladridos le protegen.
Salgo de la vivienda
pensando en la humanidad de Moly y
decido encuadrarla en el apartado de cuidadores oficiales de José. Ella y otras muchas “molys” que se encuentran en los hogares de gran número de personas
en situación de dependencia nos
transportan al mundo de la verdadera generosidad y fidelidad en la atención .
¡Precioso Begoña!. Muy buena noticia. Gracias por compartirla.
ResponderEliminarGracias Pablo.
ResponderEliminarMe ha encantado, Begoña. Voy a plantearme mis informes sociales de dependencia desde otra perspectiva a partir de ahora! Un abrazo!!
ResponderEliminarMaravilloso post. Enhorabuena (con lagrimilla)
ResponderEliminarEmocionada por el post. Enhorabuena.
ResponderEliminarGracias a todos en mi nombre y en el de Moly.
Eliminar¡ Que bonito Begoña! Me ha gustado y emocionado este post. A ver si con estos cuidadores no reconocidos en ninguna ley vamos librando de la quema
ResponderEliminarGracias a todos los Molys
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