Se avecinan elecciones y la máquina propagandística
ya está trabajando sin descanso. Los arquitectos estatales han empezado a sacar
sus nuevos proyectos. Las campañas publicitarias no paran. Ya están en la calle
los nuevos anuncios, con sus espectaculares titulares y primeros planos de sus
promotores.
Y
para muestra el titular de nuestro presidente
anunciando que están dispuestos a “reformar el consejo general del poder judicial, el senado y la constitución y perfeccionará de esta forma la
arquitectura institucional de este país para mejorar la calidad democrática de
las instituciones”.
Estoy leyendo con
mi gata al lado. Ambas estábamos
tranquilas y relajadas. Ante este espectacular anuncio me inquieto.
Empiezo a imaginar las obras de “la nueva arquitectura institucional”. Pienso
en esos obreros que nos gobiernan armados de pico y pala, subidos a las
topadoras, excavadoras, removiendo suelos, transportando materiales al desguace,
alisando terreno, alicatando, cambiando de posiciones enchufes y enchufados,
eliminando sillas y sillones, haciéndose cirugías, cambiando de chaquetas para
acudir a la inauguración de las nuevas obras y verdaderamente me empiezo a preocupar.
Se acabó la crisis. España está de nuevo construyendo. Y yo con estos pelos…..
Tanta obra me empieza agobiar. Dejo el periódico y
entra en escena mi gata que hasta este momento me ha estado observando
atentamente. Se incorpora y coloca frente al titular.
Su reacción no se deja
esperar. Empieza a patalear la página, la dobla y como yo, se niega a seguir mirándola. Tampoco lo aguanta.
Se aparta y se va.
Mi gata es joven, pero no se la da nadie. Sabe lo
que quiere. No le gustan las pamplinas. Está experimentando desde las alturas de los árboles. Le encanta
perseguir a los lagartos y caza las moscas al vuelo. Es una artista. Como le
siga dejando estos anuncios a la vista,
va a empezar a seleccionármelos. Se está haciendo humana……
No hay comentarios:
Publicar un comentario