Amaneció
un día de sol y en el horizonte una
amalgama de colores de diferentes banderas que resultaban ser electorales. Eran
naranjas, verdes, amarillas, rojas, azules, rosas y una gran variedad de
tonalidades de estos colores. Todas ondeaban visibles, risueñas, seguras y acogedoras.
Anocheciendo
veo como algunas empiezan a ondear a media asta, otras ponen una cinta negra en
señal de luto y en medio de
ellas se iza una enorme azul y veo a chicos y chicas con su camisita y su canesú vestidos
de azul, con zapatos , bolsos y demás complementos a juego también de azul y de
repente salen todos a un balcón azul y todas las palabras que dicen las veo
azules. Y veo como aparecen los edificios teñidos de azules habitados por los
azules pitufos en 3D. Miradlos por favor.
¡Dios
mío, que me está pasando! Me despierto oyendo en la radio el locutor matutino que
me dice que “hoy España se ha vestido
de azul”. Los verdes no existen, los rojos se han difuminado prácticamente, los
amarillos, naranjas, rosas no se ven…. solo se ven azules.
Pienso
en desistir, pero insisto porque veo variedades de azules: azul zafiro, azul
celeste, azul chillón, azulete, azul verdoso, azul gualda, azul grisáceo y
otros que se empiezan a mezclar con colores afines y no tan afines.
Insisto, luego, pienso.
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