De nuevo hemos tenido
que mover las agujas de los relojes , en
esta ocasión para retrasalos una hora. El objetivo es, según dicen los
expertos, ahorrar energía eléctrica . En el caso de nuestro país, el ahorro se
calcula en 300 millones de euros.
Si bien sus defensores nos animan con la cuantificación de las ventajas, pocos remedios dan para sus trastornos.
Es en estos últimos donde quiero detenerme hoy, ya que como todos hemos tenido
que mover las susodichas agujas también a todos nos puede afectar la
“alteración del reloj biológico”, el cambio de carácter, los trastornos del
sueño, la falta de concentración, desorientaciones, irritabilidades, cambios
de humor e incluso molestias digestivas.
Muchos pedirán pruebas de estos inconvenientes. Pues a ello vamos.
Son bastantes los acontecimientos evidenciados en los
últimos años, pero permitirme detenerme en los acaecidos en las últimas semanas.
Pocos días antes del cambio de horario y adelantándose a la alteración del reloj biológico, el ministro de hacienda presenta en sociedad los presupuestos para el próximo año como los
“más sociales de la historia de la democracia española” ¿No es ésta una
prueba evidente de falta de concentración, desorientación e incluso, diría yo que de insomnio crónico?.
Si ésto no fuera
suficiente, a los pocos días, la ministra de empleo se
despierta (puede que no hubiera dormido tampoco) diciendo que “España está
saliendo de la crisis”. Qué mayor prueba que ésta para constatar la revolución
del referido reloj biológico y la distorsión de la realidad.
Para finalizar, el desastre más evidente de tanta somnolencia
y desorientación la deja patente una presentadora de TV cuestionando “si está científicamente probado que el alma
de un donante asesino pudiera trasplantarse también a la vez que los órganos donados”. Esto es para plantearse
tratamientos más serios que el simple
retorno al horario natural.
Acabo este
análisis con una reflexión utilizando la misma base dialéctica que para el conocido cuestionamiento sobre quién fue primero, la gallina ó el huevo. En este caso mi duda es: ¿qué fue primero la alteración biológica de determinadas
personas ó los efectos del cambio de la
hora?”
Si
queremos economizar energía, creo que mejor empecemos por pedirle a los autores
de estas y otras perlas distorsionadoras de la realidad que apaguen su propia luz
ahorrándonos sus palabras.
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