Son varios los posts en los que desde este blog he aludido a la crisis y aunque soy consciente de que es un tema recurrente
y no precisamente el que desearía que fuera protagonista de mis reflexiones,
hoy de nuevo siento la necesidad de analizarla. No quiero dar la espalda a una
realidad en la que vivo, con la que trabajo cada día y que me afecta como a
todos.
En
una ocasión un profesor me dijo que una de las formas de analizar y saber sobre
conceptos ó hechos, un buen método es comenzar discirniendo lo que no son. Con la
crisis no es dificil realizar su análisis de esta forma, porque es
evidente que no es lo que nos están
vendiendo sus creadores y gestores, hablandonos de ella sin nombrarla, enunciándola como época de ajustes,
entidades no viables, en vez de hablar de bancos corruptos , periodos de
desaceleración y recesión , herencias recibidas, primas de riesgo en
riesgo, deudas soberanas, etc. y
vendiéndonos su reconstrucción con recortes
necesarios y cambios estructurales indispensables.
Este es el lenguaje de la justificación de
acciones de los que manejan la crisis de otros sin vivir la suya propia.
La crisis cotidiana es otra cosa. Nos
la muestran:
Familias sin níngún
recurso económico que han perdido sus recursos humanos, deshauciadas de sus
viviendas y de su dignidad personal, jóvenes en paro a los que se le dio
recursos suficientes trabajando en la construcción de pisos y viviendas que
ahora ocupan y roban, menores y estudiantes a los que se le impide crecer y
formarse porque les tasan su educación ,ancianos, enfermos y dependientes que enferman y dependen más cada día con los recortes y extinción de servicios
sanitarios y sociales, mujeres maltratadas a las que se le maltrata aún más
cerrando sus casas de acogida y relentizando su justicia e inmigrantes a los
que ayer acogimos y hoy se les expulsa pidiéndoles los medios que nunca han
podido tener.
La crisis de cada día se visualiza: en las colas del paro llenas de parados que no
paran de buscar trabajo, en los comedores y los servicios sociales saturados de
demandas de ayudas de emergencia, en un sistema educacativo al que se le impide "educar" obligándole a imponer, en una
sanidad que extinguida a la mínima esencia se le hace imposible “sanar”
y en una justicia injusta que pretende servir para recaudar y no servir para servir.
Que
nadie nos venda que los recortes innecesarios e injustos que destruyen el
estado del bienestar social sirven para salir de una crisis que a fuerza de provocarla aún más
cada día, la están justificando
con cambios estructurales más
ideológicos que económicos.
Enhorabuena por el post Begoña, has sabido expresar con palabras una explicación que muchos pensamos pero no somos capaces de trasmitir tan claramente, gracias!!
ResponderEliminarGracias Estíbaliz. Con tu comentario ya estás participando de la denuncia de una realidad que nadie deseamos. Este blog queda abierto para puedas trasmitirnos cuando quieras tus propias viviencias
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