Tras ocho meses de ausencia me reencuentro con este blog que he tenido en cuarentena y no precisamente por riesgo de contagio de ningún virus….Sin hacerlo visible lo he alimentado con mi recuerdo y sobre todo con el de tod@s los que habéis seguido acudiendo a visitarlo. Gracias por vuestra compañía a pesar de mi indeseado abandono.
Creo que os debo una explicación. Han sido seis meses
dedicada a gestiones para conseguir una
certificación de defunción apostillada de un familiar fallecido en Venezuela. Una verdadera aventura
desde la distancia con una administración harto complicada, algunos personajes
con los que he tenido que contactar nada colaboradores e incluso chantajistas.
Por suerte, también en estos países corruptos hay personas legales y dignas que te facilitan y ayudan a realizar
todo un papeleo y entramado burocrático
al que es difícil acostumbrarse. Bien podría convertirse esta aventura en un thriller.
Hoy es día de
reencuentro. Después de tanto
tiempo y con tantos acontecimientos que
han pasado, dignos de mi atención y no atendidos, he preferido recordar aquel
2 de junio del 2011 cuando realicé mi primera entrada “mi sueño con pitufos” (ver aquí).
Del sueño se pasó a la realidad y efectivamente los pitufos invadieron este
país, pintándolo todo con su azul. Pasados casi tres años, los pitufos están a
punto de cambiar de color. Han tenido que trabajarlo mucho, eso sí, con sus
reformas neoliberales. Se lo han ganado a pulso y por eso se merecen que
aparezca en su vida otro color, que el azul ya no les está favoreciendo. Tanta opacidad y tan poco brillo ya no les sienta bien.
En esta ocasión no es un sueño. Ya es realidad.
Nuevos colores surgen en el horizonte….
Cuando vivimos reencuentros,
a menudo, nos rodeamos de recuerdos y nostalgias. Sin embargo, los actuales
transcurren envueltos en evidentes
realidades y oyes aquello de que cualquier tiempo pasado ha sido
mejor, que si ahora no hay justicia, dignidad ni ética, que si estamos rodeados
de mangantes, estafadores y sinvergüenzas, que si es imposible creer lo que te
prometen porque todos mienten, que si este
robó y el otro no se quedó atrás, que si este
hizo esto es por la herencia que le dejó el otro. Y ves como alguien hace el epílogo del encuentro con la
frase de la impotencia: “si esto no cambia yo también emigro”.
Reconozco que a veces cuesta ponerse delante del ordenador y no dejarse
llevar por la rabia que los virus
estafadores de este país te
provocan. Teclear determinadas
palabras que te vienen a la mente para expresar la repugnancia y el asco que te
producen la clase corrupta y los personajes siniestros, es fácil. Lo difícil es
controlarlas. Pero lo voy a hacer. Simplemente
esperaré a mayo y transmitiré mi rabia a través de una urna. Estoy preparada. No
necesito campañas electorales. Ahórrense sus mítines, que ya me los sé.
En estos tiempos es algo complicado renovar carnet de conducir espero alguien aporte una solucion tengo el documento expirado necesito resolver ese problema la cuarentena no me permite ir a resolverlo desplazarse sin vehiculo en esto stiempos es muy peligroso
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